Crónica rallye clásicos Medina de Rioseco
Crónica de la salida a tierras Vallisoletanas y Palentinas,
8 y 9 de Septiembre de 2.018
Día 8 de Septiembre
Como estaba previsto a las 7,45 horas emprendimos la marcha hacia Medina de Rioseco, localidad a la que llegamos sin novedad los doce coches que formamos el grupo, con tiempo suficiente para guardar los coches en el garaje del hotel.
Dando un paseo de no mas de 5 minutos llegamos al embarcadero donde teníamos la reserva para el paseo en barco por el canal los 20 participantes.
Una hora de canal para recorrer los 7 Km. hasta llegar a la esclusa, con las explicaciones del guía sobre el comienzo de las obras en 1.750, su cometido, la duración de la obra, 100 años, y el tiempo que estuvo en servicio, otros 100 años, hasta que apareció en ferrocarril para truncar el cometido del mismo.
Llegados a la esclusa vimos como nos subían hasta coger el nivel del ensanche donde el barco dio la vuelta mientras lo veíamos desde tierra maniobrar.
Efectuada la maniobra, vuelta al barco y a vaciar la esclusa para coger el nivel del canal y volver a Medina.
Durante el camino de vuelta nos ofrecieron un aperitivo a base de queso y embutidos con una bebida de la que dimos cuenta escuchando las explicaciones esta vez del Capitán.
Una vez desembarcados, nos acercamos a la otras orilla del canal donde nos enseñaron La Fábrica de Harinas, conservada tal como estaba en funcionamiento en su día, digna de ver con sus sistemas de limpieza del trigo y molienda del mismo.
Terminada la visita, vuelta al hotel para la comida, para a continuación acercarnos a Urueña (Villa del Libro), un pueblo medieval rodeado de murallas, con sus famosas librerías y museos, que nos hizo pasar una tarde entretenida.
Día 9 de Septiembre
A las 9,00 horas abandonamos el hotel camino de la villa romana La Olmeda, ya en tierras palentinas, ruinas descubiertas en 1.968, Bien de Interés Cultural desde 1.996
Y que nos fueron explicando lo que fueron sus dependencias y sus mosaicos, así como la fundación del mismo que data de principios del siglo II, y que en el siglo IV, fue remplazado por el actual que se visita hoy.
Terminada la vista vuelta a los coches para acercarnos a Villalcázar de Sirga, donde nos esperaba una curiosa comida, pues no nos pusieron cubiertos, el plato era la parte baja de un pan porque la parte alta estaba de plato para servir los entrantes y la sopa nos la sirvieron en cuenco de barro con cuchara de madera, los vasos también de barro y el cordero servido sobre el pan que teníamos de plato, y a comer con las manos que no había mas remedio, y el que quiso repetir, lo que hiciera falta.
Y aquí terminó la salida, con buen tiempo y sin el más mínimo percance, reparto de regalos y placa recuerdo y cada uno a su casa.
Ricardo Angulo Saiz